13 de octubre de 2015

Atar el alma

Vuelvo a escribir en este pequeño rincón de la red. Y qué mejor que volver con este post y con este acontecimiento.


Con el respeto que se merece, un poco de miedo, y bastante espectación...
Así fue mi reencuentro con las cuerdas.
Tras cinco años... se dice pronto...

Noto todo mi cuerpo tenso, con los ojos cerrados intento concentrarme en mi respiración, únicamente en mi respiración... inhala... exhala... inhala... exhala... ¿Aguantaré? ¿Se me dormirá alguna mano? ¡¡¡Concéntrate!!! Inhala... Exhala... Inhala... No quiero decepcionarme... no quiero. Tampoco quiero decepcionarlo a él. Y encima están haciendo fotos... INHALA!!! exhala... inhala... exhala... Joder, me noto el cuello tenso, me cuesta hasta tragar saliva... Pero me encanta notar como me abrazan las cuerdas, como aprietan, todo lo que significa, hoy y siempre, pero hoy más... ¿Aguantaré la suspensión? Llevo mucho tiempo sin experimentar algo así... Mierda, no consigo relajarme, mi mente no para... Inhala... Exhala...
Y de repente él me dice que me relaje, que tengo tensa la espalda... Si, lo sé... Mierda, se ha dado cuenta. Pero que me diga eso, que se haya dado cuenta, tiene el efecto contrario al que pensaba... y empiezo a notar como se relaja mi cuerpo, hasta el punto que al estar suspendida hay un momento en el que me entran ganas de llorar y se me empañan lo ojos, menos mal que los tengo cerrados...
Y más rápido de lo que una siempre desea, estoy en el suelo, y las cuerdas me empiezan a liberar de su abrazo. Pero no me da pena, si no que tengo ganas de la próxima cita, y tengo la seguridad de que será pronto. De que ellas me quieren como yo a ellas.

Sólo puedo decir GRACIAS. Por esto, y por TODO.





 






Imposible elegir entre tantas fotos bonitas de Dani Gonz.
Para ver más puedes visitar a Makido y sus cosillas